escondidos, abundantes
de sonidos. Sin ver
los almacenes de
yeso que esconden pieles
pulverizadas.
Son nubladas
las miradas.
Están llenos
de ternura los
pasos sigilosos o
el aviso de la
mina del lápiz.
Son saladas
las miradas.
El caldo se
calienta suavemente.
mayo-julio 2011
mnu